Fecha de construcción: Abril / 10 - 11 / 2021
INFORMACIÓN FAMILIAR:
Padre: Francisco
Edad: 44 años
Profesión: Empleado de almacén
Salario semanal: 79 dlls
Madre: Rosa Isabel
Edad: 46
Profesión: Cajera de tienda
Salario semanal: 31 dll
NIÑOS
Nombre - Edad: Victoria 17 años.
Nombre - Edad: Moisés 9 años.
TIEMPO EN TIJUANA: 3 años
Carta de la familia: Hola mi nombre es Rosy y mi esposo se llama Francisco, tenemos dos hijos, Victoria y Moisés, somos de Acapulco que está en el centro de México. Siempre nos hemos esforzado por salir adelante y tener una mejor vida, pero hemos tenido algunas dificultades, pero Dios siempre ha estado con nosotros, desafortunadamente tuvimos que dejar nuestro pueblo por cuestiones de seguridad y por la falta de trabajo para ambos, por lo que tuvimos que separarnos y mi esposo se vino a Rosarito pudiendo encontrar un trabajo el mismo día que llegó, buscando una mejor oportunidad hace tres años, y yo me quede con mis hijos y hace un año y medio pude reunirme con él pero solo con mi hijo menor que tiene 7 años y dejando a mi hija mayor Getsemani que ahora tiene 15 años con su abuela. Cuando llegamos surgieron muchas oportunidades con algunas dificultades, pero hemos podido seguir adelante, y es un anhelo de mi corazón el volver a estar todos juntos, ahora los dos trabajamos y hemos podido ser bendecidos y comprar un pequeño terreno, hemos estado invirtiendo todo lo que tenemos para poder pagar nuestro terreno y un miembro de la iglesia nos habló de Casas de Esperanza, esa es la razón por la que estamos pidiendo su ayuda, especialmente desde que le dijimos a nuestra hija que estábamos solicitando una casa, ella estaba tan feliz y no puede esperar a venir a vivir con nosotros. Este ha sido un año de bendición y nuestra meta es volver a estar juntos como familia, ahora mismo vivimos en una habitación de 3m x 4m y apenas caben nuestras camas, y como nuestra chica es una adolescente entendemos que necesita su espacio, pero necesitamos estar juntos como familia. Realmente aprecio que se tomen el tiempo de considerarnos para recibir una bendición tan maravillosa que nos permita estar juntos como familia.