Fecha de construcción: Viernes 15 - Sábado 16 de noviembre de 2024
INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA
MADRE: Saira
Edad: 29 años
Trabajo: vendedor de aperitivos
Salario semanal: 60 US
NIÑOS:
Belén - 6 años
CARTA DE LA FAMILIA:
A quien corresponda, mi nombre es Saira Lizeth Arellano García. Tengo 29 años y soy madre de una niña de seis años, Belén Alejandra Magallanes Arellano. He tenido la bendición de criar a Belén a mi lado desde que nació. En nuestra historia, viví con el padre de mi hija durante tres años, pero nos separamos en 2021. Desde entonces, vivimos en casa de mi madre. Durante casi dos años, ella nos acogió. Empecé a trabajar y, para cuidar de mi hija, la matriculé en una guardería pública, aunque a menudo teníamos problemas con el transporte, lo que repercutía en nuestra economía. Cuando mi hija cumplió cuatro años, la guardería ya no pudo aceptarla. Sin una persona de confianza que cuidara de ella, dejé mi trabajo. Utilicé mis ahorros, los que inicialmente estaban destinados a un coche, para montar un pequeño negocio de venta de polos en mercados locales. Fue una época difícil, sobre todo porque su padre también dejó de prestarme ayuda económica. Durante estas dificultades, Dios nos ayudó a través de mi hermano y su mujer, que nos acogieron en su casa. Nos mudamos con mi hermano el 21 de agosto de 2022, en la colonia Ejido Lázaro Cárdenas. Desde entonces, logré inscribir a mi hija en el kínder y encontré trabajo, reconstruyendo poco a poco nuestros planes de vida. El apoyo incondicional de mi hermano me ha permitido volver a ahorrar para comprar un coche, así como iniciar el proceso de divorcio y custodia de mi hija. Actualmente, vivimos en la habitación de invitados de mi hermano, que mide unos tres metros cuadrados y en la que apenas caben nuestras pertenencias y dos camas. Aunque compartimos los gastos de los servicios públicos, yo cubro los gastos personales, como la gasolina, el mantenimiento del coche, la ropa y la educación de mi hija. Después de trabajar en una fábrica sin oportunidades de crecimiento, decidí montar un pequeño negocio, lo que me permite pasar más tiempo con mi hija y mi cuñada. Vendo snaks y bebidas. Aunque la competencia ha afectado a mis ventas, estoy agradecida porque, gracias a Dios y al apoyo de la comunidad, hemos mantenido el negocio en marcha. Mi hija está emocionada por empezar la escuela primaria, y yo doy gracias por poder llevarla en coche al colegio, algo que antes parecía imposible. Ser testigos de cómo Dios ha movido Su mano en nuestras vidas es una prueba de Su amor y Su propósito. Estoy agradecida por esta oportunidad de compartir nuestra historia y espero crear un hogar estable y seguro junto a mi hija. Sin más, agradezco la oportunidad de ser incluida en el programa, y ruego de todo corazón a Dios que siempre los bendiga grandemente.