Fecha de construcción: Sábado 30 de noviembre - Domingo 01 de diciembre de 2024
INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA
PADRE: Maria
Edad: 37 años
Trabajo: limpiador de casas
Salario semanal: 130 US
NIÑOS:
Corina - 17 años
Martin - 6 años
CARTA DE LA FAMILIA:
Hola, me llamo María Guadalupe Carrillo Chávez y soy de Guerrero, un estado del sur de México. Me gustaría compartir parte de mi historia. Mi familia y yo vinimos a Tijuana en busca de nuevas oportunidades de trabajo. Tuvimos dos razones principales para mudarnos aquí: la primera fue que mi padre perdió la vida en el cumplimiento de su deber, y la segunda fue que un huracán destruyó todo lo que teníamos. En aquella época no había muchas ayudas, como ahora con un gobierno diferente. Se acabó el trabajo y no pudimos recuperarnos. Intentamos conseguir ayudas para que mi madre pudiera cobrar una pensión, pero debido a la corrupción, no lo conseguimos. Tengo dos hijos y, hasta hace tres años, vivía con mi marido. Nos dejó para formar una nueva familia. Las creencias y tradiciones de donde vengo me enseñaron que el matrimonio es para toda la vida y que una mujer debe soportarlo todo. Me casé joven, a los 16 años, y soporté los malos tratos de mi ex marido y su familia. Esperaba que mudarme a otra ciudad mejorara las cosas, pero no fue así. Cuando vivíamos juntos, ambos podíamos pagar el alquiler, pero una vez que él se fue, me sentí abrumada, incapaz de cubrir por mí misma los gastos de los niños y el alquiler. Me deprimí, me sentí abandonada y culpable por su marcha. Después de 20 años con él, sentía que mi vida no tenía sentido y temía quedarme sola y no poder mantener a mis hijos. Su familia me culpaba, diciendo que no me había ocupado de él y que me merecía lo que estaba pasando. Durante más de un año me atormenté con la culpa, y mi depresión empezó a afectar a mis hijos. Me mudé con mi hermana para compartir el alquiler y recibí el apoyo de una vecina que me invitó a su iglesia, donde rezamos juntas. Le pedí a Dios que estuviera cerca de mí, y eso me dio fuerzas para empezar de nuevo. Incluso decidí comprar un terreno con un plan de pagos y llevo dos años pagándolo. Por desgracia, carezco de recursos para comprar materiales para construir una casa. Entre el alquiler y la comida, se me acaban todos los ingresos. Actualmente vivo con mi hermana, su marido, mi madre, mis dos hijos y yo: somos seis en una casa. Mi cuñado bebe mucho y me preocupa el ejemplo que da a mis hijos. Su música a todo volumen nos mantiene despiertos por la noche, lo que dificulta aún más la convivencia. Me duele no poder ofrecer a mis hijos un hogar propio decente, ya que vivimos hacinados y no nos sentimos cómodos expresando nuestras preocupaciones, puesto que no es nuestra casa. Un vecino me ofreció algo de madera que ya no necesita, y estoy pensando cómo transportarla a mi terreno para construir una pequeña habitación. Sólo quiero que mis hijos estén calientes y seguros, ya que mi hijo pequeño tiene problemas respiratorios. También tengo hipertensión, aunque afortunadamente está bajo control, lo que me permite seguir trabajando. Gracias por leer mi carta y espero que me tengan en cuenta para su programa. Que Dios les bendiga.