Fecha de construcción: Viernes 11 - Sábado 12 de octubre de 2024
INFORMACIÓN DE LA FAMILIA:
MADRE: Alondra Monserrat
Edad: 26 años
Puesto: Fábrica
Salario semanal: 130 US
PADRE: Gustavo
Edad: 28 años
Empleo: cocinero
Salario semanal: 200 US
NIÑOS
Angel - 11 años
Maricela - 5 años
Carta de la familia:
¡Hola! Mi nombre es Gustavo y mi esposa se llama Alondra. Tenemos dos hijos Ángel y Maricela. Mi esposa y yo nos conocimos en el 2011 cuando yo solo tenía 15 años y ella 13, ahí empezó nuestra historia de amor. Empezamos a salir y un año después estábamos embarazados. Yo estaba muy asustado cuando ella me dio la noticia, no sabía lo que era ser padre ni criar a un hijo. Ella también estaba asustada pero lo afrontamos con responsabilidad y el 11 de diciembre de 2013 nació nuestro precioso hijo. Ahora tiene 11 años y lo sigo llamando mi bebé aunque no lo quiera mucho. A mi edad era muy difícil encontrar trabajo. A veces trabajaba con mi suegro en la construcción y a veces hacía otros trabajos, pero siempre me pagaban poco por mi edad. Fue un comienzo muy duro para nosotros. El día que cumplí 18 años pude sacarme el carné de identidad y fui ese mismo día porque realmente quería tener un trabajo con seguro médico y otras prestaciones para mi familia. Entonces pudimos independizarnos ya que al principio vivíamos con la familia de mi mujer, a la que siempre estaremos agradecidos por ayudarnos al principio. Ese mismo año nos quedamos embarazados de nuestra segunda hija, nuestra princesa Maricela. Fue entonces cuando empezamos a soñar con tener nuestra propia casa, ya que en ese momento ambos empezamos a trabajar para poder cubrir todos nuestros gastos. Con mucho esfuerzo logramos ahorrar lo suficiente para el enganche de un terreno. Estábamos muy contentos porque por fin nos íbamos a librar de pagar alquiler. Pedimos un préstamo bancario y empezamos a construir una casa. Habíamos colocado algunas paredes de madera, pero de la noche a la mañana vinieron a robárnoslas. Lloramos mucho porque nos habíamos esforzado mucho y seguíamos pagando el préstamo, las mensualidades del terreno, el alquiler y nuestros gastos diarios. Gracias a Dios, poco después oímos hablar de Casas de Esperanza y lo solicitamos. Sería nuestro sueño hecho realidad recibir el regalo de una Casa. ¡Dios los bendiga tanto!