Fecha de construcción: Sábado 22 - Domingo 23 de noviembre de 2025
INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA
MADRE: Sarai
Edad: 38 años
PADRE: Brian
Edad: 31 años
Puesto: Centro de llamadas
Salario semanal: 270 USD
NIÑOS:
Danna - 2 años
Emily - 7 años
Jesús - 19 años
CARTA DE LA FAMILIA:
Estimado equipo de Casas de Esperanza , somos una familia de cinco miembros que se trasladó desde Ciudad de México hace ocho años en busca de una vida mejor. Desde que llegamos, hemos experimentado bendiciones y dificultades. Pudimos comprar un terreno, pero nuestra situación financiera no nos ha permitido construir ni vivir allí. A través de esta carta, queremos compartir nuestro testimonio de cómo Dios se ha apoderado de nuestras vidas y nos ha quebrantado para fortalecer nuestra fe. Cuando llegamos a Rosarito, yo -Sarai- empecé a asistir a una iglesia cristiana, pero mi familia no estaba abierta a ello, así que volví a distanciarme. Me volví amargada, quejándome constantemente, cansada de la rutina diaria. Eso cambió en mayo de 2025 cuando sentimos la necesidad de volver a la iglesia y comenzamos a asistir al Calvario de Rosarito. Lo más hermoso fue que fue mi esposo quien primero sintió el llamado y nos animó a ir. Lo que no sabíamos era que Dios nos estaba preparando para la prueba que se avecinaba. El 21 de mayo, nuestra hija Emily empezó a mostrar signos de infección y la llevaron de urgencia a urgencias; el 10 de junio le diagnosticaron leucemia o lupus. Nuestro mundo se vino abajo, pero al día siguiente su diagnóstico cambió a púrpura trombocitopénica con neumonía. Una semana después le dieron el alta, pero lamentablemente recayó y empeoró. Como no había camas disponibles en el hospital, la enviaron a casa sólo con medicación. Desesperados, viajamos a Ciudad de México, donde la ingresaron de urgencia. Durante todo esto, mi esposo permaneció en Rosarito, pero nunca estuvo solo-la Palabra de Dios y nuestra familia de la iglesia lo apoyaron, oraron con él y le dieron ánimo. En el hospital, al lado de mi hija, me arrepentí de no estar agradecida por la vida, por la salud, por el tiempo en familia y por toda la bondad de Dios. Solía quejarme del dinero, sin darme cuenta de que ya tenía lo que más me importaba. Me derrumbé en el hospital y le pregunté a Dios: "¿Por qué yo? Y la respuesta que le dio a mi marido fue 1 Pedro 4:12-17. Acepté la prueba y di gracias a Dios por ella, porque me abrió los ojos y me enseñó a valorar lo que de verdad importa. Emily sigue recibiendo tratamiento, pruebas y revisiones. Aunque los médicos dicen que la enfermedad ya forma parte de su cuerpo, creo que Dios la sanará por completo. En este momento, el costo de las pruebas, los especialistas y el viaje a Tijuana nos ha dejado en apuros económicos. Por eso pedimos, de todo corazón, su ayuda para construir un hogar de esperanza. Esta no es solo una casa-es el sueño de nuestra familia y el comienzo de un hogar lleno de bendiciones y fe para un futuro mejor. Gracias sinceras por su tiempo y por permitirnos compartir nuestra historia.