Fechas de construcción: Viernes 25 - Sábado 26 de abril de 2025

INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA

MADRE: Magali

Edad: 29 años

Trabajo: Cuidador personal

Salario semanal: 120 dólares estadounidenses

PADRE: Carlos

Edad: 41 años

Trabajo: Asistente de Mason

Sueldo semanal: 140 USD

NIÑOS:

Jorge Emiliano - 11 años

Karla Isabel - 9 años

Angel Rodrigo - 5 años

CARTA DE LA FAMILIA:

Hola, mi nombre es Magalí Jiménez Reyes. Espero que este mensaje te encuentre bien y te envío un cordial saludo. Te escribo para compartir un poco sobre mí y mi familia. Tengo 29 años y soy originaria de Oaxaca, un estado al sur de México. Vengo de una familia de bajos recursos y tengo dos hermanas. Mi padre falleció cuando yo tenía ocho años. Luchó contra el alcoholismo y, tras su muerte, mi madre me dejó con la familia de mi padre mientras ella se mudaba a Rosarito con mi hermana pequeña. Durante el tiempo que permanecí con mis parientes paternos, sufrí abusos por parte de un tío. Fue entonces cuando decidí abandonar el hogar de mi abuela y empezar a trabajar a una edad muy temprana. Lamentablemente, mi madre comenzó una nueva vida en Rosarito y se olvidó de mí. A los quince años conocí al padre de mis hijos. Empecé a vivir con él y, a los dieciocho, tuve mi primer hijo. Fueron años difíciles: era infiel y alcohólico. Más tarde, me quedé embarazada de nuestro segundo hijo. Cuando me di cuenta de que no iba a cambiar, decidí dejarlo y mudarme a Rosarito en busca de trabajo y para reencontrarme con mi madre. No encontraba trabajo en Oaxaca y necesitaba cuidar a mis hijos. Venir a Rosarito fue muy duro, ya que no tenía el apoyo de mi madre ni de nadie. Empecé a trabajar e inscribí a mis hijos en una guardería, pero cuando mi hija enfermó y pedí la baja, me despidieron. Sin ingresos ni ayuda, volví con el padre de los niños. Decidimos darle otra oportunidad a nuestra relación. Cambió, dejó de beber y tuvimos a nuestro tercer hijo. Más tarde intentó cruzar a Estados Unidos, pero no lo consiguió. Así que nos quedamos y trabajamos juntos, ahorrando todo lo que pudimos para pagar la entrada de un terreno: nuestro sueño es dar a nuestros hijos un hogar propio. A veces el dinero escasea, pero hacemos lo que podemos para pagar las mensualidades. No quiero que mis hijos, sobre todo mi hija, sufran lo que yo sufrí. Aunque nuestra futura casa sea pequeña, sé que será un lugar seguro y cariñoso para ellos. Espero que puedan ayudarnos a hacer realidad el sueño de tener un hogar. Muchas gracias por su tiempo y su amabilidad. Le enviamos nuestros más cordiales saludos y bendiciones.

Comentario