Fecha de construcción: Sábado 24 - Domingo 25 de mayo de 2025
INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA
MADRE: Carmen
Edad: 37 años
PADRE: Victor
Edad: 42 años
Empleo: trabajador de la construcción
Salario semanal: 125 US
NIÑOS:
Manuel - 17 años
Victor - 13 años
Cristian - 8 años
CARTA DE LA FAMILIA:
Estimado equipo de Casas de Esperanza , Saludos de la familia Tapia Pérez. Somos originarios de Michoacán, un estado al sur de México, y vivimos en Tijuana desde hace cuatro años. Nuestra familia se compone de cinco miembros: mi esposo, Víctor Manuel Tapia Cervantes, de 42 años; nuestros tres hijos, Ángel Manuel Tapia Pérez (17), Víctor Alexis Tapia Pérez (13) y Cristian Alejandro Tapia Pérez (8); y yo, María del Carmen Pérez López, actualmente de 37 años. Tomamos la difícil decisión de dejar nuestro pueblo debido a la violencia y el narcotráfico que lo convirtieron en un lugar peligroso. Nos cobraban cuotas sólo por vivir y trabajar, los delincuentes irrumpían en nuestra casa para esconderse de la policía o de grupos rivales, y vivíamos temiendo constantemente por nuestras vidas. Incluso amenazaron con llevarse a nuestros hijos para obligarlos a trabajar para ellos. Estas condiciones nos empujaron a buscar un futuro más seguro. Un vecino que huyó antes que nosotros nos habló de Tijuana y de la posibilidad de pedir asilo en Estados Unidos. Llegamos a Tijuana en agosto de 2021 y fuimos acogidos por ella. Desafortunadamente, no contábamos con el apoyo necesario para continuar a Estados Unidos, así que decidimos quedarnos y empezar de nuevo en Tijuana. Llegamos sin nada más que una muda de ropa y una fuerte voluntad de reconstruir nuestras vidas. Afortunadamente, encontramos un lugar para alquilar, y el casero tuvo la amabilidad de prestarnos algunos muebles, ya que al principio dormíamos en una tabla sólo con mantas. Actualmente, mi marido y mi hijo mayor trabajan en la construcción para mantener a la familia. Lamentablemente, mi hijo tuvo que dejar la escuela para ayudar con los gastos. Un año después de llegar a Tijuana, me diagnosticaron hipotiroidismo y anemia, que me dañaron los pulmones debido a mi anterior trabajo agrícola y a la mala alimentación. A veces limpio casas, pero mi salud me limita. La mayor parte de mi tiempo lo dedico a cuidar de nuestra casa y a acompañar a mis hijos pequeños a la escuela y viceversa todos los días, a pesar de mi estado. Hace aproximadamente un año y medio, mi marido y yo compramos un terreno, que estamos pagando en cuotas mensuales, con la esperanza de construir algún día una casa decente para nuestros hijos. Esto ha supuesto una pesada carga para nuestras finanzas, obligándonos a recortar incluso los medicamentos necesarios para mí. Aun así, seguimos motivados para seguir adelante. Por eso nos dirigimos a ustedes, Casas de Esperanza, con la esperanza de que nos ayuden a construir una casa. Sería una enorme bendición para nuestra familia.