Fecha de construcción: Viernes 27 - Sábado 28 de junio de 2025
INFORMACIÓN SOBRE LA FAMILIA
MADRE: Maria Lorena
Edad: 36 años
Empleo: Control de calidad
Salario semanal: 145 US
PADRE: Rafael
Edad: 41 años
Empleo: Didi
Salario semanal: 150 US
NIÑOS:
Rafael - 10 años
Brisia - 8 años
CARTA DE LA FAMILIA:
Querido equipo de Casas de Esperanza . Os hemos visto trabajando y os hemos preguntado por vuestra misión. Nos gustaría solicitar vuestro apoyo, tanto para nosotros como para nuestros hijos. Esta es nuestra historia: Nuestro hijo Rafael ha sido, y sigue siendo, nuestro milagro. Nació prematuramente y no recibió suficiente oxígeno al nacer, lo que provocó un retraso en su respiración. Pasó 15 días en una incubadora antes de que le dieran el alta. Cuando estaba en preescolar, nos dimos cuenta de que le costaba expresarse con claridad. Tras una evaluación, nos aconsejaron que acudiéramos a un logopeda. Fue entonces cuando nos enteramos de que tenía un frenillo lingual que le impedía hablar correctamente y, en consecuencia, afectaba a su comprensión. Rafael tuvo que ser operado y recibió logopedia durante tres años. Ha sido un camino largo y difícil, no solo por su salud, sino también por nuestra situación económica. Llevarle constantemente a terapia era todo un reto. Hicimos todo lo que pudimos para mantenernos a flote, recortando gastos y trabajando juntos como una familia. Decidimos buscar un futuro mejor creando nuestra propia pequeña empresa. Compramos un coche para que mi marido pudiera trabajar con Uber, mientras yo me quedaba en casa cuidando de nuestros hijos. Después de vivir diez años en el mismo piso, nos pidieron que lo desalojáramos, así que dimos un salto de fe y empezamos a buscar un terreno para construir nuestra casa. Somos una familia de cuatro miembros y vivimos solos aquí en Tijuana. Ya no tenemos familiares cerca. El 15 de diciembre de 2023 ocurrió una tragedia. Asaltaron a mi marido a punta de pistola. Le robaron todo: la cartera, el dinero, el teléfono y el coche, que era nuestra única fuente de ingresos. Afortunadamente, su vida se salvó, y por ello estamos inmensamente agradecidos. Pero perder el coche significaba perder nuestro medio de vida. Durante cinco meses, fui el único que pudo trabajar. Fue una época muy difícil. No tuvimos regalos en Navidad, pero aun así compartimos alegría y amor. Lloramos y sufrimos; la vida se paralizó. Estuvimos a punto de volver con nuestras familias, pero en lugar de eso, encontramos la manera de seguir adelante. Por eso le hago esta petición: tal vez pueda ayudarnos. Mi marido ya no cree en los milagros, pero quiero demostrarle que Dios es grande y que aún hay esperanza. Cualquier ayuda significaría mucho para nosotros. Nuestra familia estaría verdaderamente agradecida y feliz.