52835897_10161986778300455_6141739835267743744_o.jpg

Brian Villarruel ha sido parte del personal de JUCUM San Diego/ Baja por casi tres años, sirviendo en diferentes capacidades así como en el personal de Casas de Esperanza construye. A lo largo de este tiempo la situación de su familia se cernía en el fondo de su mente. Mientras pasaba sus días construyendo casas para otras familias, su madre, Rocia, hermana, Michelle y sus hijos vivían en otra parte de Tijuana en circunstancias extremas. Apiñados en un pequeño refugio, construido hace más de 35 años, su cocina se inundaba cada vez que llovía. Rezaban y esperaban un milagro, pero tenían problemas para llegar a fin de mes y no tenían suficiente para pagar para poder obtener los papeles adecuados para ser dueños de su tierra.


El abuelo de Brian se había mudado a Tijuana desde el sur de México, hace 40 años, buscando un mejor futuro, sus 7 hijos terminaron consumiendo drogas. Un día, alguien les dio una tarjeta para un centro de rehabilitación cristiano - la madre de Brian y una de sus hermanas decidieron entrar y eso cambió su vida. Encontraron a Dios y pudieron limpiarse. 


En todos los altibajos e incluso en medio de una pandemia mundial, la familia Villarruel se aferró a la esperanza y Dios se presentó para ellos de manera milagrosa! Después de obtener los derechos de su tierra, recibieron uno de los primeros Casas de Esperanza que pudimos construir después de casi 7 meses de no poder construir ningún hogar. 

IMG_1565.jpg

En la dedicación del hogar, Brian lideró a la familia al declarar la escritura, "en cuanto a mí y mi casa, serviremos al Señor" (Josué 24:15). Qué hermosa declaración. Mientras dedicaban sus vidas al Señor, reclamaban un nuevo futuro, en lugar de un futuro plagado de drogas y pobreza - reclamaban un futuro lleno de esperanza.  

Comentario