En México, Harumi anhela tener una familia numerosa para llenar su nuevo Hogar de la Esperanza. En un viaje de compras con el equipo de construir , pide comprar una cuna. A pesar de que su médico le dijo que nunca tendría más hijos, compra la cuna con fe en que Dios puede hacer un milagro. Poco después, ella y su marido celebran el nacimiento de su segundo hijo. Un niño milagro en un hogar lleno de esperanza.

En Rumanía, Elizabeth necesita un hogar seguro para su familia. Como madre soltera, lucha por cubrir todas las necesidades de sus hijos. En una ciudad lejana, un grupo de jóvenes creció en familias como la de Elizabeth, muchas de ellas con madres solteras. Sus vidas cambiaron drásticamente cuando eran niños, ya que cada una de sus familias recibió un Casas de Esperanza. Ahora, como adultos, estos jóvenes trabajan duro, ahorran dinero y viajan hasta Elizabeth para construir darle el hogar que necesita.

En Costa Rica, no hay quien pare a Nysol. Su espíritu tenaz alimenta su lucha por una vida mejor para sus dos hijos. Trabaja a jornada completa, es madre soltera y está terminando el bachillerato. Ahora que su familia vive en un Hogar de la Esperanzasabe que su familia tiene una base segura. Con un prometedor ascenso laboral en el horizonte, Nysol sigue adelante con esperanza.

En Ucrania, la vida de Tonya se ve destrozada por la guerra que destruye su hogar familiar. Viven en un territorio recién ocupado y APLICA para un Hogar de la Esperanza. Poco después, su marido es enviado al frente. La alegría de su nuevo hogar se ve empañada por la noticia de la muerte de su marido en el campo de batalla. La familia de Tonya se consuela en la seguridad de su nuevo hogar, aferrándose a la esperanza de que la paz llegue pronto.

En Uganda, Celeste, sus hijas y sus hijos se reúnen en su casa. Han pasado unos años desde que su Hogar de la Esperanza pero nada puede reducir el impacto generacional que tendrá esta casa. El ciclo de la pobreza se ha roto. Tres generaciones se han transformado. Muchas más serán bendecidas.

En todo el mundo, Dios escucha las plegarias de las madres. Casas de Esperanza Satisfizo las necesidades de estas cinco madres y de miles más, proporcionándoles cobijo y seguridad a ellas y a sus familias. Este Día de la Madre, rendimos homenaje a las madres de todo el mundo. Muchas más oraciones serán escuchadas a medida que Casas de Esperanza siga ampliando su impacto global. A todas las madres de todos los rincones del planeta, les rendimos homenaje. 

Que Dios escuche hoy tus oraciones y te llene de esperanza.

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